Es un veterano plástico y escultor. Dará una charla el viernes y el jueves abrirá una muestra en el Centro de Constructores. Cómo ve el arte contemporáneo, desde sus 90 años.
Representante de una generación de veteranos artistas plásticos, contemporáneo de figuras como Luis Felipe Noé, Ponciano Cárdenas es un artista de 90 años que sigue en actividad. Las clases de pintura y escultura en su taller del barrio porteño de Almagro y el proyecto de levantar un museo que contenga su obra lo mantienen en permanente agilidad.
Plástico, escultor, muralista, Cárdenas tiene una obra vinculada al arte americanista, en la que prevalecen la figura humana, los paisajes y el toro, como animal predilecto de sus perfectas esculturas. Boliviano, nacido en Cochabamba, naturalizado argentino, llegará este jueves a Mar del Plata para dejar inaugurada una muestra organizada por Arte en el Centro, en el Centro de Constructores (Independencia 2249), al tiempo que el viernes a las 19 ofrecerá una charla en el mismo espacio para estudiantes de arte y público en general.
Mar del Plata no es una ciudad más para Cárdenas. Varios edificios poseen obras de su autoría, a partir de sus trabajos en muralismo. En el Palacio Edén, por ejemplo, se pueden observar en el hall de entrada tres murales.
“Al arte contemporáneo lo veo desorientado, hay una falta importante de conceptos estéticos, del oficio de la pintura, se está jugando con esa idea de la creación y se hace cualquier cosa, sin que haya un orden estético, si no hay orden no es una obra de arte, es un problema educacional”, señaló Cárdenas, cuya visita se realizó mediante la participación del colectivo cultural Madariaga, a través de Alejandro Viladrich y del coleccionista local Luis Roberto Sforza.
“Es muy importante que el estudiante tome conciencia de aprender las técnicas de las artes plásticas, eso me parece interesante porque en este momento el estudiante juega con formas sin tomar atención a lo que es el oficio de la profesión. Voy a hablar de la educación en la plástica”, anticipó su charla.
Contundente, opinó que el arte “es una cosa atemporal” y agregó que todo artista representa una época. Y bregó para que los artistas se preocupen por dotar a sus expresiones artísticas con mayor contenido.
“Siempre el arte ha sido contemporáneo pero cuando la obra está bien realizada es atemporal, los grandes maestros del Renacimiento son eternos, son contemporáneos, es como si su arte se hubiese hecho ayer. La obra de arte es contemporánea en general, desde las cuevas de Altamira, las obras que están unidas en espíritu y materia son eternas”.
En ese sentido, entendió que desde Altamira hasta el presente se inventaron todas las formas. Por eso puso el acento en agregar contenido. “Lo que falla en este momento es darle el contenido de nuestra época, la forma es lo de menos, lo que pasa es que vivimos invadidos por las modas, creemos que las modas son el arte moderno -explicó-. Y una obra va a corresponder a esta época cuando realmente el artista plasme una identidad en ella, y para que eso permanezca tiene que dominar la técnica plenamente, porque si no hay técnica desaparece”.
Consideró, además, que “una obra de arte es la unidad entre técnica y espíritu”. “Si la técnica no está muy bien realizada, compositivamente, la parte espiritual no se va a integrar, el arte no es solo una cuestión creativa sino una unidad entre el espíritu y la materia, como es el ser humano”.
-Su obra es americanista, ¿como artista usted tiene todo el Altiplano adentro?
-Es indudable. Tengo entendido que el artista en general se representa a sí mismo, si hay una identidad su obra va a ser de acuerdo al lugar en que nació, en mi caso fue natural porque soy americano, ocurre lo mismo en Picasso porque su obra no deja de ser española, el artista en ningún momento interpreta algo que no sea suyo, el artista realmente se representa a sí mismo. Yo vengo de Cochabamba, toda mi obra no fue un esfuerzo, fue naciendo naturalmente.